viernes, 9 de julio de 2010

Algunas cosas que descubrí con el Mundial de Sudáfrica 2010

Debo confesar que no soy aficionado al fútbol, no me emocionan los clásicos América vs. Guadalajara y mucho menos un encuentro entre Necaxa y Gallos Blancos. Sin embargo, cada cuatro años, como epidemia cíclica, me aflora el panbolerito que todo hombre lleva dentro (sin albur). Al igual que muchos mexicanos, salte y grité con los triunfos (uno) de nuestra selección y mente madres con sus fracasos.

Sin embrago para mí el mundo no se acabó con la in-esperada eliminación de nuestra Decepción, digo, Selección Nacional. Hasta el 11 de junio yo sabía poco menos que nada de Sudáfrica, pero desde ese día a la fecha he descubierto algunas cosas, si bien intrascendentes, eso si, interesantes.

Yo imaginaba que Sudáfrica tenía un clima más bien selvático… pues no, hace frío, nada más bastaba con ver a la gente con sus abrigos en los partidos. Claro, después de todo está por debajo del trópico de cáncer, lo que descubrí después de mirar un mapamundi.

Algo que me impresionó, fue saber que 9 sudafricanos han sido galardonados con el Premio Nobel, 4 de ellos con el Nobel de la Paz que fue otorgado a John Luthuli, Desmond Tutu, Nelson Mandela y Frederik de Klerk; 2 con el Nobel de Literatura recibido por Nadine Gordimer y John M. Coetzee y 3 con el de Medicina que correspondieron a Max Theiler, Allan Cormack y Sydney Brenner. México sólo ha tenido 3 veces tan gran honor, primero con Alfonso García Robles, Nobel de la Paz; después con Octavio Paz, Nobel de Literatura y finalmente con Mario Molina, Nobel de Química.

Los 4 Nobel de la Paz, fueron por su lucha contra el Apartheid y la reconciliación interracial. Los 2 Nobel de Literatura por sus obras referentes a la segregación, racial o de otra índole. En cuanto a los 3 Nobel de Medicina, se relacionan con la vacuna de fiebre amarilla, la tomografía axial computarizada y la investigación del fenómeno de la apoptosis del nematodo Caenorhabditis elegans, que para ser franco no tengo NPI de que se trate.

Curiosamente el Dr. Christiaan Barnard, pionero de los transplantes de corazón, jamás ganó el Nobel. Por cierto, en sus primeros transplantes, realizados en Sudáfrica, tuvo como un muy destacado colaborador de su equipo médico al cirujano sudafricano negro Hamilton Naki, quien sin estudios formales y trabajando clandestinamente fue un eminente profesor de medicina durante 40 años. El segundo paciente en recibir un transplante de corazón fue un médico blanco que sobrevivió a la operación más de año y medio con el corazón de un mulato.

Y hablando de mulatos, en Sudáfrica hay de negros a negros y de blancos a blancos, además de mestizos e indios. Entre los negros (grupo racial predominante 80% aprox.) existe 10 etnias, entre las que destacan la xhosa y la zulú, sin embargo es el país con menor porcentaje de negros en el África subsahariana.

Los blancos, por su parte, representan poco más del 9% y no todos son iguales, hay británicos (cacas grandes dirían en mi pueblo) y bóers, de origen holandés principalmente y en menor grado flamenco, francés o alemán (cacas chicas); entre ellos también se hacen el fuchi.

Los indios, que ni son indígenas ni tampoco de la India, tienen su origen en Indonesia, Malasia y Pakistán principalmente y representan apenas un 2.5%, eran algo así como esclavos nice.

Finalmente la gente de color, que no son negros, sino los mestizos, ya sea de cruzas de blancos con negros o indios, este grupo representa poco menos del 9%. Ellos eran poco menos inferiores que los negros

El fin del Apartheid no fue muy terso que digamos, si bien no se dio un genocidio, gracias a la aplicación de la filosofía ubuntu (que no es muy diferente a la comunión cristiana) y que Desmond Tutu describió del siguiente modo:

“Una persona con ubuntu es abierta y está disponible para los demás, respalda a los demás, no se siente amenazado cuando otros son capaces y son buenos en algo, porque está seguro de sí mismo ya que sabe que pertenece a una gran totalidad, que se decrece cuando otras personas son humilladas o menospreciadas, cuando otros son torturados u oprimidos.”

Sin embargo al no haber una bota que pusiera orden y dada las grandes diferencias sociales y no pocos resentimientos raciales, se desató la delincuencia con violencia, tristemente diré que qué se puede perder cuando no se tiene nada.

Descubrí otras muchas cosas interesantes sobre Sudáfrica, pero creo que ya me he extendido demasiado, sólo mencionaré que los hipopótamos no son buena onda y que en aquellas lejanas tierras hay un león blanco que le gusta que le rasquen su orejita y un mexicano que con gran éxito vende tortillas. Ah! Y si van a Sudáfrica, no olviden llevar hartos condones, pues es uno de los países con mayor número de infectados por el VIH.

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