lunes, 16 de mayo de 2011

Lucha armada contra la violencia... Wait!!!



Hace unos días, el mundo se enteraba de una noticia que se volvía tema de conversación en hogares, cafeterías, universidades, trasportes, etc. Algunos festejaban, otros simplemente opinaban y posteriormente unos cuantos levantaban la voz para exigir venganza. Se trataba de la caza y muerte de aquel personaje considerado por Estados Unidos y sus aliados como el enemigo público número uno, a él se le atribuían varias desgracias humanas, pero aquella por la cual realmente lo buscaban era la autoría intelectual del 9/11, aquel acontecimiento que demostraba la vulnerabilidad de la potencia americana según los periodistas. 
La muerte de Bin Laden significaba mucho para los poderosos, significaba la reelección de un presidente que perdía su credibilidad, significaba disminuir la tensión mundial, significaba disminuir considerablemente un gasto corriente extremadamente alto, significaba acabar una farsa con otra farsa, volver verdad la mentira con otra mentira, ya que aritméticamente negativo más negativo da positivo.
Asi pues, era necesario ocultar al monstruo que habían creado, dejar de fijar los ojos y los esfuerzos en un lugar lejano del cual habían obtenido lo que necesitaban, era necesario cambiar de guerra. Y es que la sola muerte de un hombre se ha traducido en el final de terrorismo mundial, en la liberación de los pueblos sometidos, ese hombre que todos vieron morir en Washington y al que sin embargo se le ofreció un sepulcro digno conforme a sus creencias por aquellos que gustan de documentar hasta el hecho más insignificante, esos que solamente en esta ocasión decidieron no fotografiar ni mostrar videos, esos que demostraron sus hechos a los incrédulos al presentar la confirmación de muerte por miembros de Al-Qaeda.
Tomando como referencia la situación en Afganistán se observa un ejemplo claro del siguiente objetivo estadounidense, ya que si uno mira con detenimiento los puntos que llevaron a Estados Unidos a justificar su invasión, obtendrá las conclusiones a las que he llegado:

1.- El hombre más buscado se esconde en ese territorio.
2.- Existe un estado fallido.
3.- Existe la fácil distribución de armas en el mercado negro.
4.- Existen guerras civiles donde algunos ciudadanos residentes protegen al individuo buscado.

Ahora bien es momento de revisar qué sucede en el caso México, ya que si el lector es residente mexicano o bien, se encuentra enterado, podrá notar las similitudes que imperan actualmente en el territorio nacional, tal y como se detalla a continuación:

1.- El hombre más buscado se esconde en ese territorio: Una vez exterminado Bin Laden, (considerado por 10 años el hombre más buscado por EUA) toma su posición el narcotraficante mexicano: Joaquín “El Chapo” Guzmán, un hombre poderoso y peligroso.

2.- Existe un estado fallido: No es extraño para muchos tocar este tema tan sensible, donde si bien, nos encontramos en una situación en la que día con día existen marchas en las calles y movimientos a través de redes sociales, las cuales, solicitan al presidente de México su renuncia, sin dejar a un lado el comentario de expertos que mencionan frases en las que resaltan que en México existe tanta violencia, que es el país más violento sin existir un conflicto armado declarado, lo cual lo lleva  a ser catalogado como un país de estado fallido.

3.- Existe la fácil distribución de armas en el mercado negro: Otro tema delicado y sensible, dado que hace no más de tres  meses fue evidenciado el plan de acción americano conocido como “Rápido y Furioso”, donde los norteamericanos enviaron una cantidad incontable de armas por la vía de la ilegalidad a México, a fin de detectar las vías de comercialización y tráfico de las mismas una vez que los clientes finales hayan sido abatidos en su lucha contra el gobierno federal, o bien, a través de ajustes de cuentas entre cárteles. Dicho tema se volvió delicado dado que al principio los legisladores mexicanos intentaron mostrar dotes de inteligencia al mencionar el conocimiento de dicho plan, y al momento de ser cuestionados por su forma tan radical de actuar, recapacitaron, mostrando ahora desconocimiento del tema y buscando a los culpables de tal barbarie, solicitando enérgicamente la disculpa pública por parte de los estadounidenses.

4.- Existen guerras civiles donde algunos ciudadanos residentes protegen al individuo buscado: No es de extrañarse que esta es una realidad en México, dado que aquellos señores poseedores de poder económico y coercitivo, ofrecen remuneraciones económicas, protección, y bienestar en general a comunidades enteras a cambio de su silencio, o bien, de información que les ayude en la ahora conocida “Guerra contra el Narco y la delincuencia”.

Si bien, esto puede considerarse aún como una paranoia de quien escribe este post, es importante seguir leyendo, ya que actualmente en la frontera norte de México, sobrevuelan aviones de espionaje no piloteados por humanos, mismos que no requirieron de permiso por parte del gobierno mexicano para llevar a cabo sus actividades, mismos que se utilizaron en Pakistán para la eliminación de Bin Laden. 
Si a eso se le incluye el regreso a tierras americanas de las tropas asentadas en Afganistán por cerca de 10 años, las cuales ahora generarán un gasto menor al que representaban en Afganistán, pero que más sin embargo deben ser instaladas en un nuevo territorio de preferencia más cercano, me llego a preguntar:
¿Será acaso que ahora sea el momento que México se vea salvado por los americanos como ha ocurrido con el resto del mundo? ¡Esperemos que no!.

lunes, 2 de mayo de 2011

De superhéroes, terrorismo y la paz en el cielo...


Era la mañana del 11 de septiembre de 2001, casualmente me encontraba estudiando aún en la universidad, el exámen parcial de Historia Universal había comenzado ya hace 15 minutos, y yo apenas iba bajando del trasporte público. De pronto una pequeña aglomeración se acercaba a los monitores de las cafeterías, de los salones salían alumnos y profesores con cara de incredulidad, todos, menos la clase a la que yo iba. Se rumoraba que un misil había impactado un centro importante de Estados Unidos, -¿sería acaso el inicio de la tercera guerra mundial?- decían otros. Posteriormente se informaba el choque accidental de una pequeña aeronave, tal vez una avioneta en la parte más alta de una de las torres gemelas. Fue en ese momento cuando por fin pude llegar al callado salón de clase y me dispuse a entrar, el profesor accedió a darme la hoja del exámen y en tono de burla me preguntó: ¿Y ahora por qué tan tarde, contra qué camión chocó la combi en la que venía?, Yo le respondí: -No profesor, ahora no fue un camión, de hecho se trata de una avioneta que se acaba de embarrar en una de las torres gemelas-. Estas fueron las palabras mágicas que hicieron que la prueba finalizara en ese momento, aquel profesor Anti-Yankee salió del salón tan rápido como pudo para ser un miembro más de la aglomeración en las cafeterías.
Más tarde, en los noticieros aparecía George W. Bush, presidente en ese momento de Estados Unidos, dando palabras de consternación e informando al mundo que tenían el nombre del autor intelectual de los atentados, aquel que pasaría a ser considerado en tan sólo unas horas en el enemigo público número uno, aquel que había logrado mostrar la vulnerabilidad de la gran potencia mundial, justo unos días después de que las pruebas de misiles antiaéreos de defensa resultaran ser ineficientes; aquel que respondía al nombre de: Osama Bin Laden.
Fue ese hecho el que sacudió las fibras sensibles de los americanos, ese hecho que como anillo al dedo incrementó la popularidad de un entonces presidente que luchaba contra los medios de comunicación, justificando posibles fraudes electorales sobre su votación, ese presidente que no encontraba justificación al incremento desmedido en el gasto corriente, ese presidente que al igual que Osama, se convirtió en cuestión de horas de villano a superhéroe, al declarar la guerra no sólo a una persona, sino al terrorismo mundial en su conjunto, aquel que devolvería la paz mundial, aquel que sólo necesitaría el apoyo de su pueblo a través de la reelección.

Es así como misteriosamente o tal vez algún capricho de Dios, a casi 10 años de los hechos lamentables del 9/11, aparece un nuevo superhéroe americano, aquel que mediante sus súperpoderes de mercadotecnia e igualdad publicitaria llegó al poder y hasta hace 2 días atravesaba, al igual que su antecesor, por una racha de desprestigio e incredulidad por parte de sus ciudadanos, aquel que sabía que mantener un gran ejército cansado hasta el otro lado del mundo sólo generaba enormes gastos sin plusvalía, ese mismo que prometió retirarse de los conflictos bélicos no justificados, y que ayer dio la gran noticia, que volvió a mandar a los americanos a las calles, sólo que en esta ocasión sin la finalidad de generar terror, al contrario, les entregaba júbilo y felicidad, un día que decían algunos, debería ser considerado un día feriado, el día en que su archienemigo había muerto, aquel archienemigo que después de haber sido buscado incansablemente durante casi 10 años, había sido aniquilado y arrojado al mar, aquel al que ningún Marine ni agente de la CIA, tuvo el cuidado de retratar y confirmar su muerte, aquel que al momento de su desaparición generará el retiro de las tropas estadounidenses de Afganistán, aquel que ya no dará más gastos a la economía más grande del mundo, aquel que por una simple letra podría ser tocayo del que ahora se alza como el salvador de la paz mundial, aquel que le quitó su día de gloria a Juan Pablo II y al América...